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Ariel Román E @arielago

Atenas 2004 en la palabra de Patricio Rodríguez



Hace unos años, TVN realizó un especial para recordar las tres medallas olímpicas obtenidas por Nicolás Massú y Fernando González en Atenas 2004. Entre los entrevistados, se encontraban unos jóvenes Cristian Garin y Bastián Malla, el propio González, además de la dupla técnica de esa gesta: Horacio de la Peña y Patricio Rodríguez, entrenadores de ambos jugadores. Revivimos el testimonio de “Pato”, fallecido en la jornada de este martes a los 81 años de edad. Antes de llegar a Atenas “Conocí a Fernando desde chico. Lo conocí en Miami cuando tenía 8 años. Le seguí la carrera hasta prácticamente los 15 años bastante de cerca”, relataba el para esos años, entrenador de Andrés Gómez y Jaime Yzaga. Sobre Massú y sus posibilidades de medalla, se sincera: “Hace un año que Massú no ganaba un partido en cancha dura… y Atenas era cancha dura. Mentiría si dijera que íbamos a ir a ganar. Lógicamente, el jugador siempre tiene la intención de ganar”. En Atenas… El primer partido del abanderado en Sydney 2000 fue ante un durísimo escollo, el brasileño Gustavo Kuerten, ex número uno del mundo. Sobre esa victoria, “Pato” recuerda: “Empezamos a tener esperanzas de ganar cuando le ganó a Guga Kuerten, en un partidazo, 6-4 en el tercero. Fue un lindo partido, Guga jugando muy bien, y Nico extraordinario. Ahí nos dio la esperanza de poder ganar el torneo”. Roger Federer había quedado fuera en Octavos, misma ronda donde Andy Roddick sucumbió ante Fernando González. Ante estas bajas, el jugador mejor rankeado que quedaba era el español Carlos Moyá, quien debía chocar con Massú en Cuartos. “Ya cuando le ganó a Moyá, además que le ganó muy fácil, muy bien, incluso se le cortó la raqueta en el match point, y le hizo un passing shot con la raqueta cortada. Imagínate, jugaba la pelota donde quería y como quería”, comenta.



Entre la final de dobles y la de singles, habían menos de 18 horas entre que Massú llegó a la Villa Olímpica a descansar y de saltar a la cancha para enfrentar a Mardy Fish. Rodríguez reveló que esa noche no durmió, para que nadie ingresara a la habitación del flamante campeón olímpico de dobles. Sobre el partido en sí, recuerda: “Estaba destrozado. Yo pensé al principio ‘estamos como finalistas, qué bueno, una medalla de plata por lo menos’. Eso fue un poquito de lo que pensé, pero cuando ya empezó a ser el Nico, de garra, a moverse y ganó el primer set, ahí volvieron las esperanzas. Y lógicamente empezaron los nervios, pero los nervios totales, porque en una final de los Juegos Olímpicos, por una medalla de oro, cualquiera se pone nervioso”.

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