Ningún jugador en la historia había ganado los tres torneos Super 9 que se disputaban sobre arcilla: Monte Carlo, Roma y Hamburgo, hasta que apareció Marcelo Ríos. El Chino consiguió alzar el título de Mónaco en su centenario en 1997, mientras que se consagró campeón en el Foro Itálico al año siguiente. En 1999, llegó el turno del puerto del norte de Alemania, en una dramática definición contra el argentino Mariano Zabaleta. Así es como el ex número uno del mundo llegó a la corona.
Con la ausencia de los cuatro mejores tenistas de ese entonces (Kafelnikov, Sampras, Corretja y Rafter) el primer sembrado fue el 5 del mundo, Richard Krajicek, aunque el holandés se despidió en su debut. Cabeza de serie 2 fue Carlos Moyá, el tercero Tim Henman y el cuarto Ríos, ocho del mundo en ese entonces.
Rios quedó bye en la primera ronda, y en su estreno en la fase de 32 fue ante el qualy local Oliver Gross (101°), a quien despachó por 7-6 y 7-5. En Octavos, se impuso a Wayne Ferreira (24°), a quien ya había derrotado en la arcilla germana en Cuartos de 1996 para garantizar su ingreso al Top Ten por primera vez en su carrera, por parciales de 6-1 3-6 y 6-2.
En cuartos, se midió con el joven alemán Tommy Haas (20°), que daba muestras de su potencial al imponerse en la ronda previa al siempre difícil Alberto Berasategui. No obstante, fue el duelo más “fácil” en cuanto a score para el Chino: Un doble 6-4 en 77 minutos de juego.
Ya en la ronda semifinal era un desafío mayor: En frente estaba el español Carlos Moyá (6°), vigente campeón de Roland Garros y quien lo había derrotado en Cuartos de aquel torneo. El chileno jugó un gran encuentro para superar por 6-4 y 7-6 al mallorquín, para darse cita con la gran sorpresa del torneo en semifinales: el argentino Mariano Zabaleta (48°).
Ríos y ‘Zabala’ no se dieron tregua en un electrizante partido. Ninguno de los dos sacó una gran ventaja en los cuatro primeros sets, con grandes rallys, breaks de lado a lado y estirando la definición de cada parcial hasta el máximo. En el cuarto set, Ríos llegó a estar 5-4, 40-0 y saque, pero tras ser quebrado el derrumbe parecía inevitable, aunque reaccionó a tiempo para salvar un match point en el duodécimo juego y enviar el duelo a un tiebreak que ganó con lo justo.
Fue ahí donde el nacional se soltó y tomó rápidamente un break de ventaja en el quinto, aprovechando la frustración del trasandino que sabía que había dejado pasar una gran chance en aquel cuarto set. De ahí en más, el encuentro fue todo de Ríos, quien completó la galería de trofeos de Masters en arcilla con un 6-7 7-5 5-7 7-6 y 6-2 en cuatro horas y siete minutos de partido, el más largo que disputó el ‘Grande Giocatore’ en toda su carrera.
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