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De la heroica al robo del siglo: La polémica serie entre Chile y Estados Unidos en el pasto de California



Una serie de Copa Davis hecha y derecha no es completa sin polémica. Sobre todo si es el equipo anfitrión el que trata de sacar ventaja de todo lo que sea posible. La serie de Cuartos de Final del Grupo Mundial en 2006 entre Estados Unidos y Chile fue una de las confrontaciones más recordadas por todo lo vivido en cancha en Mission Hills, California.


La serie se empezó a jugar incluso cuando ambos equipos disputaban sus duelos de primera ronda en febrero. Chile recibía a Eslovaquia en Rancagua, mientras que Estados Unidos se medía con Rumania en La Jolla, California. Y la USTA ya había hecho público de que si se daba la lógica, en Cuartos de Final, los norteamericanos recibirían a la Roja en pasto en abril. Para ello, se decidió por llevar la serie al Mission Hills Country Club de Rancho Mirage, California.


La superficie era la predilecta por Andy Roddick, que era finalista de Wimbledon, y por el hecho de que en cancha dura, Chile podía hacer mucho daño, considerando el nivel de González, que lo tenía rozando el Top Ten, y que Massú, campeón olímpico en Hard, ya había vencido al cañonero de Nebraska en el Masters 1000 de Madrid en 2003. Era tal el respeto por el equipo entonces capitaneado por Hans Gildemeister, que incluso se habló de que André Agassi, podría integrar el equipo local por última vez.


Viernes de épica y lucha

El sorteo determinó que la serie se iba a abrir con el partido "menos difícil": Fernando González debía enfrentar a James Blake. Sin embargo, el partido iba de mal en peor para el chileno, que no daba señales de lucha. Dos sets a cero y quiebre abajo, Blake llegó a sacar por el partido y estuvo a tan solo dos puntos de la victoria, pero ahí apareció el Bombardero de la Reina que quebró con dos devoluciones ganadoras de revés, y posteriormente levantó el tercer set en un tiebreak.


Feña siguió peleando en busca de la remontada, pero en el quinto set parecía quedarse sin fuerzas. Estaba 1-4 abajo, pero logró recuperar la ruptura, y a punta de cañonazos llegó a sacar 6-5 por el partido, sin embargo, no consiguió cerrarlo. El chileno, de todas formas, jamás decayó, y cuando el encuentro sobrepasaba las cuatro horas, logró un nuevo quiebre para sacar por el partido. Y con cuatro aces, Mano de Piedra consiguió una de las victorias más memorables de su carrera: 6-7 0-6 7-6 6-4 y 10-8, en cuatro horas y 18 minutos.





Más tarde, era el turno del Nico, que debía enfrentar a Andy Roddick, número cuatro del mundo. La tarea para poner el 2-0 era difícil, pero Massú, que nunca había perdido con Roddick, podía darle pelea. Si bien, A-Rod comenzó rápidamente con set y quiebre a favor, el viñamarino luchó para recuperar la ruptura y mandar la segunda manga a un tiebreak, donde errores puntuales del chileno le permitieron al local quedarse con el parcial.


Un Roddick impecable mantuvo sin mayores inconvenientes su servicio, mientras que Massú no claudicaba y jugaba de gran manera en el tercer set. Así, llegaron al tiebreak, donde el nacional se esforzó, sin embargo, no fue suficiente para detener el potente saque del estadounidense, que igualó la serie con un 6-3 7-6 y 7-6.





¿Error de Hans en el dobles?

Para el punto de dobles, se esperaba con muchas ansias el duelo entre los hermanos Bob y Mike Bryan ante los vigentes campeones olímpicos, Nicolás Massú y Fernando González. No obstante, una hora antes del partido, Hans Gildemeister decidió cambiar totalmente la alineación, pensando en los singles del domingo: Adrián García y Paul Capdeville enfrentarían a la mejor dupla del circuito.


Y los Bryan, como era de esperarse, arrasaron con la improvisada dupla chilena. 6-1 6-2 y 6-4 fue el marcador en apenas una hora de partido. Gildemeister decidió darle descanso a González, para que pudiera intentar igualar la serie, porque tenía la total certeza de que Massú vencería a Blake en un eventual quinto partido.


El robo del siglo

Llegó el domingo y Chile iba a buscar el empate con Fernando González ante Andy Roddick. Y 'Feña' partió muy bien: Un quiebre tempranero le permitió quedarse con el primer set y estaba jugando muy bien en el segundo capítulo. Pero ahí, apareció el "ayudín": Cuando el chileno estaba set point en contra, metió un ace que dio en toda la T, pero los jueces de línea dieron como malo. En el segundo saque, Roddick ganó el punto, quebró e igualó el encuentro.


Y curiosamente, los cobros dudosos favorecían siempre a Roddick, y en los puntos clave: En break point en contra en el cuarto game del tercer set, el estadounidense volvió a quebrar tras una pelota dudosa. Y cuando González se crecía tras un break a favor en el séptimo game, una derecha cruzada de Roddick que fue al menos cinco centímetros ancha, fue corregida como buena por el experimentado juez de silla francés Pascal Maria cuando González sacaba 3-4 15-15. Y ahí todo se fue al carajo. González, furioso, se fue del partido, y amenazó incluso con retirarse por el paupérrimo desempeño de los jueces.





Así, dos quiebres a favor de Roddick en el cuarto set le permitieron al norteamericano sentenciar el partido y la serie tras un 4-6 7-5 6-3 y 6-2, accediendo así a semifinales ante Rusia como visitante.


Para la estadística, quedó un excelente triunfo de Paul Capdeville sobre James Blake por 6-3 y 6-4 para cerrar el 3-2 definitivo en favor de Estados Unidos.


Para Chile, aquella temporada fue la mejor oportunidad que iba a tener para pelear la ensaladera con la dupla dorada en plenitud: En semis, habría enfrentado a Rusia como local en Rancagua, mientras que Argentina como visita, o Australia como local, habría sido el hipotético duelo por la Ensaladera.


Fotos: Ron Angle



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