Implacable. En las ATP Finals de Turín, Novak Djokovic demostró que cuando pudo jugar en 2022, era claramente el mejor del mundo. El serbio, que apenas perdió dos partidos post-Roland Garros, consiguió su sexto título en el torneo que reúne a los mejores jugadores de la temporada, tras imponerse por 7-5 y 6-3 al noruego Casper Ruud, quizás el jugador más regular del año.
A pesar de un parejo comienzo, 'Nole', lenta y silenciosamente colocaba presión sobre el escandinavo. Djokovic, que en su duelo de semifinales se vio visiblemente agotado tras el esfuerzo que debió realizar en el último partido de la fase de grupos ante Medvedev, se mostraba entero físicamente y nunca perdió el control de las acciones. Fue así como en el duodécimo juego, y en apenas su segundo break point del partido, el campeón de Wimbledon logró concretar el quiebre y adjudicarse la primera manga en 53 minutos.
En el segundo episodio, nuevamente Djokovic supo atacar en el momento justo para tomar ventaja. En el cuarto game, el serbio dictó el ritmo del rally en break point, y con potentes tiros desde el fondo de cancha desestabilizó al noruego para lograr el quiebre que posteriormente le entregaría el triunfo. El ex número uno del mundo supo mantener sus juegos de saque de forma tranquila, y finalmente, tras ganar un puntazo de 36 golpes, generó un match point en el noveno juego, sentenciando el encuentro con un ace.
De esta manera, el ganador de 21 títulos de Grand Slam levantó su sexta corona en las ATP Finals, igualando el registro de Roger Federer. Djokovic, que no campeonaba en el torneo de fin de año desde 2015, ganó en el "Masters" en tres ciudades diferentes: Shanghái (2008), Londres (2012, 2013, 2014 y 2015) y Turín (2022). Además, se embolsó el suculento premio en dinero que ofrecía el torneo al campeón invicto: US$4.740.300, el cheque más grande en la historia del tenis.
Foto: Matthew Stockman / Getty Images
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