Tras terminar de jugar un partido, los jugadores de tenis suelen preferir pasar primero por el gimnasio, la sala de masajes, la ducha, y tomarse un tiempo antes de atender a los medios. Pero después de su triunfo frente a Guillermina Naya en los octavos de final del WTA 125 de Colina, Yuliia Starodubtseva prefirió ir rauda e inmediatamente a la sala de prensa.
La historia de esta ucraniana de 23 años es increíble, y no tiene antecedentes recientes al máximo nivel del tenis profesional. Después de introducirse en el circuito ITF a la edad de 15 años, deambuló por torneos menores y solo cercanos a su tierra natal, de categoría $10k o $25k, por cerca de dos temporadas, y con poco éxito: un récord acumulado de 27-22 y un mejor ránking de 1082.
Radicada ya en Estados Unidos, prefirió probar suerte en el circuito universitario de ese país. “Estuve 5 años estudiando en la Universidad de Old Dominion, en el norte de Virginia, y jugando tenis para ellos”. Habiendo tenido poca acción reciente, jugó su último partido profesional de esta primera etapa en abril de 2019.
Lo dura que es la vida del tenista profesional fuera de los tours ATP y WTA ha hecho cada vez más popular este camino para muchos, quienes así pueden combinar estudios y la obtención de un grado universitario con un camino tenístico estable dentro de Estados Unidos, esperando eventualmente dar el salto al profesionalismo. Casos de éxito así son los de John Isner, Danielle Collins, Jennifer Brady, entre otros.
Aun así, muchos agregan salidas a torneos ITF durante sus estudios, para así no perder el ritmo competitivo. Pero Starodubtseva se mantuvo fuera del profesionalismo por casi cuatro años, hasta febrero de este 2023. Esto le significó tener que partir de cero, sin ránking WTA ni ITF. Aunque tampoco es que no hubiera intentado jugar.
“Traté algunas veces de entrar a torneos pero no tenía ranking internacional, ni estadounidense ni ucraniano, entonces cuando me inscribía a un torneo quedaba última en la lista de suplentes (…) Es por eso que no jugué hasta ahora, porque no podía entrar a ningún torneo” explica Yuliia.
No tener ránking significa que hay al menos 2.000 jugadoras antes con prioridad para ingresar a los torneos, lo que ante una oferta muy limitada de eventos ITF menores hace muy complejo el panorama para los nuevos entrantes al circuito. “Pero después me pude inscribir a uno de esos torneos que si los ganas consigues una wildcard para jugar qualies o un cuadro principal de un $25k o $60k, entonces tuve que jugar uno de esos solo para poder entrar a las qualies de ITF”.
De todos modos, no es para nada común abandonar el profesionalismo por casi cuatro años a tan corta edad, periodo clave en el desarrollo tenístico de una jugadora, y manteniendo planes de regresar.
Y eso es lo que hace impresionante su desempeño este año. Hacia el 19 de marzo, Starodubtseva aún no tenía clasificación oficial WTA, y apenas ocho meses después, está a las puertas del Top 150, con un mejor y actual ránking de 159, un récord de 46-17, cuatro títulos ITF (tres en categoría W60 y uno en W25), otras dos finales W60, y en agosto ya jugando las clasificaciones del US Open. Miles de jugadoras pueden pasar años estancadas en la selva del circuito ITF, pero a la ucraniana no le tardó ni siquiera un año completo para insertarse en el WTA Tour.
―Es impresionante lo que has hecho este año. Al inicio de temporada no tenías ranking y ahora ya estás 159, es increíble.
Gracias, no mucha gente lo sabe, responde Yuliia riéndose.
―¿Pensaste en un principio tener un ascenso tan rápido este año como el que tuviste?
No, definitivamente no. Cuando juegas estos partidos esperas perder, o como sea que tenga que pasar, pero supongo que ha ido bien para mí.
―¿Y cuáles eran tus expectativas cuando empezaste a entrar a torneos profesionales?
Sin expectativas. Recuerdo ir a Florida a un $25k, inscribirme, y no entrar ni siquiera a la qualy, entonces me quedaba nada más que a entrenar, y no sabía cuál era mi nivel. Nada hasta que gané mi primer torneo en Texas, un pequeño $25k. Ahí fue cuando me di cuenta de que quizá sí puedo jugar, ríe ella.
Ese pequeño torneo en Texas fue apenas el segundo que jugaba desde su regreso, y venció casi sin complicaciones a todas sus rivales, incluyendo cuatro del Top 600.
―Te vi jugar por primera vez en un ITF en agosto pasado, en un partido que lamentablemente perdiste contra Wang Xinyu. No sé si lo recuerdas.
¿En Landisville? Fue una dura primera ronda, ella terminó ganando el torneo. Creo que perdí 6-4 en el tercero.
―Llegaste a estar doble quiebre arriba en el tercer set.
Estuve 3-0 arriba, sí, cierto. Ella está ahora como 30 del mundo ¿o no?
―Me impresionó mucho ese día particularmente tu revés.
¿Ah sí?
―No sé si es que tienes algún golpe favorito de ti misma.
Creo que contra ella mi revés funcionó bien porque me atacaba permanentemente para ese lado, entonces quizá por eso te gustó, pero no es necesariamente mi golpe favorito. De hecho no tengo un golpe preferido para ser honesta.
―¿No sientes quizá que tienes un lado más potente en tu juego?
Bueno, puedo definitivamente atacar mejor con mi derecha, pero desde la línea de base creo que soy bastante pareja. Pero si quiero atacar, elegiré mi derecha.
Su nuevo estatus la posiciona ahora como la novena mejor jugadora de su país, que se destaca principalmente en el lado femenino, hoy liderado por nombres como Elina Svitolina, Anhelina Kalinina, Lesia Tsurenko y Marta Kostyuk, todas dentro del Top 50.
Esto hace particularmente competitivo obtener un puesto en el equipo de la Copa Billie Jean King (ex Copa Fed), pero es ciertamente una idea que a Starodubtseva le atrae.
“Me invitaron a jugarla (N. de la R.: para la serie de playoffs contra Países Bajos de noviembre), pero no tenía todavía mis permisos de viaje, y como sabes no puedo ir a Ucrania porque hay una guerra, y mi situación en Estados Unidos no me dejaba viajar al extranjero. Este es mi primer torneo en casi medio año que puedo jugar afuera de Estados Unidos, porque recién recibí mis permisos de viaje. Quizá en febrero iré”.
De hecho, su aparición en Chile es apenas la segunda vez que está fuera de Estados Unidos este año, luego de haber jugado un par de torneos ITF en República Dominicana.
Terminó perdiendo en los cuartos de final en un duro encuentro contra la estadounidense Elizabeth Mandlik por 7-6 y 6-3, pero igualmente significó su mejor resultado a la fecha en torneos de al menos categoría WTA 125. Está claro que a este ritmo y luego de una temporada en la que candidatea por el mayor progreso del año, le serán mucho más frecuente los viajes internacionales.
Foto: Revés Fotográfico / LP Open by IND
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